Edén is a performative installation that reinterprets the biblical myth of the creation of Adam and Eve, exploring the relationship of the bodies with the concept of original sin through the symbolic element of the apple.

Jimena Tercero (1998, Madrid) and Adrián Canto (2001, Madrid) began their research in performance and installation by analyzing and interpreting the figures of Adam and Eve to reflect on gender roles and their impact on society. In this piece, the rupture of the dichotomy between male and female bodies resignifies the classic myth. Through various physical actions, the performers engage in a dialogue with the apple, generating a conversation between the Apollonian and the Dionysian, the feminine and the masculine. These first humans, created by God and expelled from paradise, have typically been characterized as antagonistic: Adam representing the traditional traits associated with “masculinity,” and Eve those of “femininity,” with Eve being seen as the sole culprit for their expulsion and the transition from Eden to the world of ordinary beings, where men are condemned to live thereafter.

Edén is divided into eight actions that explore a shift in gender roles and power dynamics. The characteristic features of Adam and Eve are not only reversed but also amplified. Eve adopts more masculine behaviors, thus questioning the traditionally feminine traits associated with her. These changes go beyond a simple role reversal, instead amplifying and stretching traits that already existed in them—traits that were not exclusively masculine or feminine—thereby casting doubt on the classic interpretation of this myth. The courage, initiative, and leadership, which are already present in the foundational myth in the figure of Eve, are emphasized. Eve, who bites the apple, not only avoids reversing gender roles or identity but also deepens the ambiguity surrounding the interpretation of this myth. The performance highlights traits typically associated with masculinity in Eve, whom we see in the Edén of Adrián and Jimena as an Amazon and an archer. Similarly, Adam’s traits are transformed, presenting him as an enraptured character who enjoys the beauty of paradise and embodies traits typically associated with femininity, such as being passive, not participating in decision-making, and bearing the consequences of Eve’s initiative—something counterintuitive in a patriarchal framework.

Edén es una instalación performática que resignifica el mito bíblico de la creación de Adán y Eva,explorando la relación de los cuerpos con el concepto del pecado original a través del elemento simbólico de la manzana.

Jimena Tercero (1998, Madrid) y Adrián Canto (2001, Madrid) inician su investigación en la performance y la instalación, analizando e interpretando las figuras de Adán y Eva para reflexionar sobre los roles de género y su impacto en la sociedad. En esta pieza, la ruptura de la dicotomía entre el cuerpo masculino y el cuerpo femenino resignifica el mito clásico. A través de diferentes acciones físicas, los performers dialogan con la manzana, generando una conversación entre lo apolíneo y lo dionisíaco, lo femenino y lo masculino. Estos primeros humanos creados por Dios, expulsados del paraíso, han sido típicamente caracterizados como antagónicos: Adán, representando las características propias de la “masculinidad”, y Eva, las de la “feminidad”, siendo Eva vista como la culpable exclusiva de la expulsión y del traslado del Edén al mundo de los seres ordinarios, donde a partir de entonces están condenados a vivir los hombres.

Edén se divide en ocho acciones que exploran un cambio de roles de género y relaciones de poder. Los rasgos característicos de Adán y Eva no solo se revierten, sino que se amplifican. Eva asume comportamientos más masculinos, cuestionando así los rasgos femeninos con los que tradicionalmente se la ha asociado. Estos cambios no se limitan a una simple inversión de roles, sino que amplifican y estiran las características que ya existían en ellos, rasgos que no eran

exclusivamente masculinos o femeninos, sembrando así la duda sobre la interpretación clásica de este mito. La valentía, la iniciativa y el liderazgo, que ya se observan en el mito fundacional en la figura de Eva, se potencian. Eva, que prueba la manzana, no solo no invierte los roles de género o identidad, sino que amplía la duda sobre la interpretación de este mito. La performance resalta los rasgos típicamente asociados a la masculinidad en Eva, a quien vemos en el Edén de Adrián y Jimena como una amazona, tiradora con arco. De manera similar, los rasgos de Adán se transforman, presentándolo como un personaje embelesado que disfruta de la belleza del paraíso y reproduce rasgos típicamente asociados a la feminidad, como un ser pasivo que no participa enla toma de decisiones y que no impone su voluntad si no que carga con las consecuencias de la iniciativa de Eva, algo contraintuitivo en un esquema patriarcal.

Text written by Teresa Lafuente, Art Historian

White Lab Gallery, Madrid (2024)